Periodista cambió la Historia Universal
Pregunta Clave Derrumba el Muro
Pregunta Clave Derrumba el Muro
Riccardo Erhman ya estaba despierto cuando sonó el teléfono. "Señor Ehrman", dijo una voz del
Ministerio de Asuntos Exteriores, «esta tarde a las seis hay una rueda de prensa».Algo llamó su atención. Aquel emisario del Gobierno había enfatizado en que era un tema muy importante ¿Qué podía ser tan importante?.
Era 9 de noviembre de 1989. Tomó su coche pasadas las cinco de la tarde y se dirigió confiado al Centro Internacional de Prensa, situado en Berlín Oriental. Llegó un poco tarde y no le quedó más remedio que sentarse en la tarima, cerca del orador.
Estaba hablando Gunter Schabowski, alto miembro del Politburó y uno de los comunistas más poderosos de Berlín.El motivo de la rueda de prensa consistía en comunicar que el Gobierno de la RDA iba a permitir que los ciudadanos alemanes del Este pudieran viajar con más facilidad al Oeste.
Schabowski casi había terminado su disertación y la mano de Ehrman seguía allí, erguida. "Está bien", dijo el funcionario, "vamos a ver qué tiene que preguntar nuestro colega italiano".
Entonces, el corresponsal le inquirió en voz alta: "Señor Schabowski, ¿cree usted que fue un error introducir la Ley de Viajes hace unos días?". Ehrman se refería a una ley de permisos de viaje muy confusa que había provocado un éxodo de miles de alemanes a través de las fronteras de Checoslovaquia y Hungría.
"Schabowski se puso nervioso", recuerda. Entonces, sacó unos papeles del bolsillo, y repitió que, para evitar más líos, los ciudadanos de la RDA podrían ir al Oeste, esta vez sin pasaporte ni visado: sólo mostrando el carné de identidad o un documento parecido. En ese momento, Ehrman no le dejó tomar aire y preguntó: "Ab wann?" (¿a partir de cuándo?). Schabowski volvió a consultar los papeles y, sin mirarle a la cara, respondió. "Ab sofort" (inmediatamente).
Esta vez, quien se quedó sin aire fue Riccardo Ehrman. "En ese momento, me di cuenta de que el Muro había caído". Ehrman salió corriendo a transmitir su mensaje. "Esto es un flash informativo", gritó por teléfono a la central de su agencia en Roma: "¡Ha caído el Muro de Berlín!". Al otro lado del teléfono, Ehrman escuchó bastante desconfianza y escuchó voces apagadas entre las que distinguió la de un jefe que decía: "Riccardo se ha vuelto loco".
Lleno de curiosidad, Ehrman tomó su vehículo y se dirigió a uno de los pasos fronterizos para comprobar qué estaba pasando. Ya era noche cerrada, pero miles de germano-orientales se estaban agolpando en los puestos de policía de la frontera. Ehrman estaba junto al puesto de la estación de ferrocarriles de la avenida Friedrichstrasse. Los alemanes estaban riendo. Uno de ellos reconoció a Ehrman y gritó: "¡Es el tipo que hizo la pregunta!". Inmediatamente, la multitud fue hacia Ehrman y lo levantó en brazos. Sólo entonces, se dio cuenta de que la rueda de prensa había sido televisada y de que muchos alemanes vieron en directo cómo un periodista hacía la pregunta clave.
"Lo importante no fue mi pregunta, sino la respuesta", dice hoy con modestia. "Cuando escuché las palabras de Schabowski, creí que había caído el Muro. Fui un miope. No me di cuenta de que, en realidad, estaba cambiando el mundo".
Ministerio de Asuntos Exteriores, «esta tarde a las seis hay una rueda de prensa».Algo llamó su atención. Aquel emisario del Gobierno había enfatizado en que era un tema muy importante ¿Qué podía ser tan importante?.
Era 9 de noviembre de 1989. Tomó su coche pasadas las cinco de la tarde y se dirigió confiado al Centro Internacional de Prensa, situado en Berlín Oriental. Llegó un poco tarde y no le quedó más remedio que sentarse en la tarima, cerca del orador.
Estaba hablando Gunter Schabowski, alto miembro del Politburó y uno de los comunistas más poderosos de Berlín.El motivo de la rueda de prensa consistía en comunicar que el Gobierno de la RDA iba a permitir que los ciudadanos alemanes del Este pudieran viajar con más facilidad al Oeste.
Schabowski casi había terminado su disertación y la mano de Ehrman seguía allí, erguida. "Está bien", dijo el funcionario, "vamos a ver qué tiene que preguntar nuestro colega italiano".
Entonces, el corresponsal le inquirió en voz alta: "Señor Schabowski, ¿cree usted que fue un error introducir la Ley de Viajes hace unos días?". Ehrman se refería a una ley de permisos de viaje muy confusa que había provocado un éxodo de miles de alemanes a través de las fronteras de Checoslovaquia y Hungría.
"Schabowski se puso nervioso", recuerda. Entonces, sacó unos papeles del bolsillo, y repitió que, para evitar más líos, los ciudadanos de la RDA podrían ir al Oeste, esta vez sin pasaporte ni visado: sólo mostrando el carné de identidad o un documento parecido. En ese momento, Ehrman no le dejó tomar aire y preguntó: "Ab wann?" (¿a partir de cuándo?). Schabowski volvió a consultar los papeles y, sin mirarle a la cara, respondió. "Ab sofort" (inmediatamente).
Esta vez, quien se quedó sin aire fue Riccardo Ehrman. "En ese momento, me di cuenta de que el Muro había caído". Ehrman salió corriendo a transmitir su mensaje. "Esto es un flash informativo", gritó por teléfono a la central de su agencia en Roma: "¡Ha caído el Muro de Berlín!". Al otro lado del teléfono, Ehrman escuchó bastante desconfianza y escuchó voces apagadas entre las que distinguió la de un jefe que decía: "Riccardo se ha vuelto loco".
Lleno de curiosidad, Ehrman tomó su vehículo y se dirigió a uno de los pasos fronterizos para comprobar qué estaba pasando. Ya era noche cerrada, pero miles de germano-orientales se estaban agolpando en los puestos de policía de la frontera. Ehrman estaba junto al puesto de la estación de ferrocarriles de la avenida Friedrichstrasse. Los alemanes estaban riendo. Uno de ellos reconoció a Ehrman y gritó: "¡Es el tipo que hizo la pregunta!". Inmediatamente, la multitud fue hacia Ehrman y lo levantó en brazos. Sólo entonces, se dio cuenta de que la rueda de prensa había sido televisada y de que muchos alemanes vieron en directo cómo un periodista hacía la pregunta clave.
"Lo importante no fue mi pregunta, sino la respuesta", dice hoy con modestia. "Cuando escuché las palabras de Schabowski, creí que había caído el Muro. Fui un miope. No me di cuenta de que, en realidad, estaba cambiando el mundo".